martes, 20 de septiembre de 2011

Relacion dialogal Yo-Tu

Martin Buber Yo - Tú
Las palabras Yo y Tu son más que los términos en que la utilizamos. No significan cosas, sino que indican relaciones. Esas palabras primordiales son pronunciadas desde el Ser. La palabra primordial Yo-Tú sólo puede ser pronunciada por el Ser entero. Hablamos únicamente el tú como forma de interrelacionarnos y distinguir lo que no soy yo, sino el otro. La palabra primordial Yo-Ello jamás puede ser pronunciada por el Ser entero. Cuando se dice , quien lo dice no tiene ninguna cosa como su objeto. Pues donde hay una cosa, hay otra cosa. Por lo tanto los dos son cosas, quien trata como ello y el ellos mismo. La palabra primordial Yo-Tú establece el mundo de la relación. Tres son las esferas en que surge el mundo de la relación. La primera es la de nuestra vida con la naturaleza.  La segunda esfera es la vida con los hombres. La relación es allí manifiesta y adopta la forma del lenguaje. Allí podemos dar y aceptar el . La tercera esfera es la comunicación con las formas inteligibles.
Cuando colocado en presencia de un hombre que es mi , le digo la palabra fundamental Yo-Tú, él no es ya una cosa entre las cosas, ni se compone de cosas. Él es el y llena el horizonte. Del hombre a quien llamo no tengo un conocimiento empírico. Pero estoy en relación con él en el santuario de la palabra primordial. Solamente cuando salgo de este santuario lo conozco de nuevo por la experiencia. La experiencia es el alejamiento del .
La relación en que me encuentro actúa sobre mí como yo actúo sobre ella. Actuar es crear; inventar es encontrar; dar una forma es descubrir. Al crear descubro. Introduzco a forma en el mundo del Ello. El viene a mí a través de la gracia; no es buscándolo como lo encuentro. El llega a mi encuentro. Pero soy yo quien entro en relación directa, inmediata, con él. Así la relación significa elegir y ser elegido; es un encuentro a la vez activo y pasivo. Me realizo al contacto del ; al volverme Yo, digo .
Toda vida verdadera es encuentro. La oración anterior me hace recordar que no en soledad sino en acompañamiento es como se logra ser persona, trascender y autorrealizarse.  La relación con el es directa. Entre el Yo y el no se interpone ningún sistema de ideas, ningún esquema y ninguna imagen previa. Entre el Yo y el no se interponen ni fines, ni placer, ni anticipación. Sólo cuando todos los medios están abolidos, se produce el encuentro.
El presente es el instante realmente presente y pleno, sólo existe si hay presencia, encuentro y relación. La presencia nace cuando el se torna presente. El Yo de la palabra primordial Yo-Ello, el Yo no confrontado por un concreto, sino rodeado por una multitud de “contenidos”, no tiene presente, sino solamente pasado. Dicho de otra manera, en la medida en que el hombre se satisface con las cosas que experimenta y utiliza, vive en el pasado, y su instante está desnudo de presencia. Sólo tiene objetos, y los objetos subsisten en el tiempo que ha sido. Los seres verdaderos son vividos en el presente, la vida de los objetos está en el pasado.
El amor no es un sentimiento que se adhiere al Yo de manera que el sea su “contenido” u objeto; el amor está entre el Yo y el . Quien no sepa esto, y no lo sepa con todo su ser, no conoce el amor, aunque atribuya al amor los sentimientos que experimenta, que siente, que goza y que expresa. El amor es la responsabilidad de un Yo por un . En esto reside la igualdad entre aquellos que se aman, igualdad que no podría residir en un sentimiento, cualquiera que fuese. En mi caso creo que al decir te amo se deposita el sentimiento en un “tu”, en un contenido, sin embargo he entendido que el simple hecho –y no tan simple- de tener una relación Yo-Tu como la entiende y explica Buber es una expresión por si misma de amor.En cuanto el amor es “ciego”, esto es, en cuanto no ve la totalidad de un ser, todavía no está sometido a la noción primordial de la relación. El odio es, por su naturaleza, ciego. Sólo puede ser odiada una parte de un ser (me pregunto entonces… también puede ser amada solo una parte del ser?) Quien percibe un ser en su totalidad y está constreñido a repudiarlo, no se halla más en el reino del odio; se encuentra en el reino de la limitación humana de la capacidad de decir . El hombre que experimenta inmediatamente el odio está más cerca de la relación que cuando no siente ni amor ni odio. Cada en el mundo está, por su naturaleza, condenado a volverse una cosas, o por lo menos a recaer sin cesar en la condición de cosa.
La vida prenatal del niño es un estado de pura vinculación natural, de interacción corporal y de flujos recíprocos. Desde el grado precoz y más restringido de la vida personal se puede observar un esfuerzo por satisfacer la necesidad de relación. El desarrollo del alma en el niño está íntimamente ligado con  el desarrollo del instinto que tiende al tu. La necesidad de estar vinculado a alguien al no ser por naturaleza ermitaños.
La historia del individuo y la historia de la especie humana, aunque en verdad se separan mucho una de la otra, por lo menos concuerdan en que ambas indican un crecimiento del mundo del ello. Las civilizaciones aumentan en el mundo del ello en función al aflujo de la experiencia extraña. El espíritu en su manifestación humanas una respuesta del hombre a su tu. El hombre vive en el espíritu cuando sabe responder a su tu. Y puede hacerlo cuando entra en relación con todo su ser. Solo en calidad de ello puede ser integrado el conocimiento. Los sentimientos no producen la vida personal. La verdadera comunidad no nace de que las personas tengan sentimientos los unos a los otros (aunque no puede haberla sin ellos); nace de estas dos cosas: de que todos estén en relación mutua con un Centro Viviente y de que estén unidos los unos a los otros y por los lazos de una viviente reciprocidad. El matrimonio adquiere vida nueva hasta que los dos seres humanos se revelen el Tú el uno al otro. El Tú edifica al matrimonio. Hablando de destino y libertad se hayan solemnemente prometidos el uno al otro.
Solo el hombre que hace de la libertad algo real para el encuentra el destino. La individualidad aparece en la medida en que se distingue de otras individualidades. Una persona aparece en el momento en que entra en relación con otras personas. Ningún hombre es puramente una persona, ninguno es puramente individualidad. Se vive con un Yo doble, de acuerdo a lo que predomine en ellos se les llamara personas o individuos.

Resumen por Angelica Gonzalez

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